diciembre 30, 2003
Futbolgénesis.
En abril de 1990, a sólo dos meses de iniciar el Mundial, los aficionados al fútbol sufríamos el sinsabor de la tranza, aquel lío de los Cachirules que descalificó a México y retrató lo que podría llamarse, para una puesta teatral, la cochambrosa vida de los expedientes.
En fin, sólo fue cuestión de ver el Mundial de reojo y ya, seguirlo sin mucho ahínco, que fue bastante malito. Quien verdaderamente lo sufrió fue Hugo Sánchez, que venía disputando fútbol al más alto nivel y tuvo que tragarse las ganas.
Tenía 32 años. Hoy se considera acabado a un jugador de 32 años, pero Hugo (como Pelé) supo meterle años a su fútbol. Vivía su mejor racha en España. Acá sólo veíamos resúmenes y clips, actos de soberbia y maromas. Pero en España faltaban adjetivos. Hugo se había enrachado como nunca, superando los 30, 32, 34 goles... Finalmente empató el récord de 38 goles, cosa inaudita, marca extremista para cada historia nacional: Gerd Muller en Alemania, Ferenc Puskas en Hungría, Hristo Stoickov en Bulgaria.
Anoche, peinando por milésima vez una hemeroteca que ha dejado de ser entrañable para convertirse en descomunal, Mr Phuy halla un artículo del cual comparte un fragmento. Se llama "Hugo Sánchez: 34 goles de un solo toque", escrito por Santiago Segurola, conseguido en el hoy extinto tianguis Quimera.net, hijastro de E-bay.
Si te interesa, lo intercambié por un autógrafo sudado de Paul Breitner y una fotografía polaroid de los miembros de Supertramp desnudos en Manzanillo, que captó una de mis primas, según esto.
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"La producción goleadora de Hugo Sánchez es larga y variada. El delantero mexicano marca desde cualquier sitio, sin importarle la postura y con cualquier parte del cuerpo. Pero hay un aspecto común a todos sus remates de gol: Hugo sólo toca la pelota una vez cuando marca. Nunca dribla, ni retiene la pelota para encontrar mejor ángulo.
"Sus goles en este campeonato [Liga 1989-1990] son hijos de esta relación primaria entre su cuerpo y el balón. (...) Durante 15 años, Hugo ha marcado sus goles con una absoluta desnudez de artificio. La pelota llega al área, o donde sea, y el mexicano empalma, empuja o desvía, no importa su posición en la cancha.
"Su versatilidad también es muy notable en las suertes del remate. Cinco goles los ha marcado en tiros de falta, algunos desde lugares increíbles. También ha marcado con chilenas, a bote pronto, de media vuelta o con remates en plancha. Y en una ocasión ha esperado un rechace del balón en el palo o un deficiente desvío del portero para colocar el pie y pasar a la red. Por supuesto, ha obtenido goles, tres, de penalti.
"La geografía de los remates de Hugo en el área son un atentado contra la lógica. Nunca se ve envuelto en situaciones que le obliguen a quebrar a un defensa y marcar después o enfrentarse con el portero para engañarlo con un recorte. El conocimiento del juego que tiene el delantero madridista es de tal precisión que evita incluso estas situaciones impredecibles, y si alguna vez se producen las transforma en algo diferente a una jugada personal. Hugo devuelve la pelota velozmente a un compañero, o remata a portería sin tocar dos veces la pelota, aún cuando tenga en contra todas las leyes clásicas del fútbol."
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